LO QUE CREEMOS
NUESTRA DECLARACIÓN DE FE
Esta declaración es un resumen de las creencias fundamentales de Crossroads.
La Biblia – La Biblia es la verdadera y única Palabra de Dios. Toda la escritura (tanto el Antiguo Testamento como del Nuevo Testamento) es inspirada por Dios. La Biblia es inerrante e infalible a los escritos originales. La escritura es la revelación de Dios al hombre, y es la única y definitiva base de autoridad de fe y conducta. (2 Timoteo 3:16-17; 2 Pedro 1:20-21; Isaías 55:11; 1 Samuel 15:29; Proverbios 30:5-6)
Dios – Sólo hay un Dios perfectamente Soberano y Santo; nuestro Creador, Sustentador y Dador de la Vida. Él existe para siempre en tres personas; Padre, Hijo y Espíritu Santo (la Trinidad). Cada uno es plenamente Dios, con distinta personalidad y propósito en relación con la humanidad. Dios es trascendente, y sin embargo inmanente, es decir, Él es personal y se da a conocer. (Génesis 1:1, Juan 1:1, Deuteronomio 6:4, Levítico 19:2, Salmos 90:2, Juan 5:26, 1 Corintios 8:6, Efesios 3:14-15)
Salvación – Los seres humanos fueron creados a imagen de Dios, pero cayeron en pecado, y por eso incurrieron no sólo en la muerte física, sino también en la muerte espiritual, que es la separación de Dios. Como resultado, nacemos con una naturaleza pecaminosa, y estamos perdidos y sólo podemos obtener la salvación a través de la regeneración por el Espíritu Santo. De acuerdo con las Escrituras, el Señor Jesucristo murió por nuestros pecados y pagó el castigo que nosotros merecíamos, tomando nuestro lugar para la plena satisfacción de la justicia de Dios. Todos aquellos que reciben a Jesús por fe, son justificados a través del poder de su sangre derramada en la cruz y su resurrección,y a través del Espíritu Santo nos permite un nuevo nacimiento en Cristo, convirtiéndonos así en hijos de Dios y herederos de la vida eterna. La salvación es sólo por gracia, por medio de la fe en Cristo; no es por nuestras propias obras, pues es don de Dios. (Génesis 1:27; 3:1-24, Juan 1:12-13; 3:1-16; 14:6; 17:1-5, Romanos 3:23-25; 5:8-20; 6:23; 10:8-10, Efesios 2:1-10, Filipenses 3:8-11, 1 Pedro 1:18-19, 1 Corintios 5:17-18, 21, Heb. 11:6, Apocalipsis 3:20, Tito 3:4-8, Hechos 2:37-39)
Jesús – Jesús es el eterno hijo de Dios y el Mesías prometido.(no es un mito ni un invento del hombre). Él es
plenamente Dios y plenamente hombre, es la imagen del Dios invisible y el Señor de toda la creación. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Después de vivir una vida sin pecado, fue crucificado, murió y fue enterrado. Al tercer día se levantó de entre los muertos y se apareció en persona a los discípulos, y luego ascendió a la diestra de Dios Padre. La fe en Él y la creencia en su muerte y resurrección son la única manera de salvación. Volverá a emitir el juicio final y a cumplir su reino eterno. (Hebreos 2:14-17, Colosenses 1:15-20, 1 Corintios 15:3-8, 2 Corintios 5:21, Revelaciones 19:11-16, Juan 1:1-14, Juan 14:6, Juan 3:16, Juan 1:12,
Romanos 10:9-10)
El Espíritu Santo – El Espíritu Santo es plenamente Dios y es la presencia de Dios con nosotros y sobre toda la tierra. Él no es una fuerza, o una conciencia, o un poder del universo, pero es una persona distinta del Padre y del Hijo. Él mora en nosotros y guía a aquellos que siguen a Jesús. Es nuestro Consejero, Consolador y Maestro que da testimonio de Jesús. El Espíritu Santo ora e intercede por nosotros, conociendo las profundidades y pensamientos de Dios. Él nos convence de nuestro pecado y nos regenera de la muerte a la vida y nos permite lograr lo que de otra manera sería imposible: transformar nuestra vida para llegar a ser más semejantes a Cristo. Él nos capacita para dar fruto que glorifique a Dios y promueve su Reino. (Juan 14:26, Juan 15:26, Juan 16:7, Romanos 8:26-27, 1 Corintios 2:11, 1 Corintios 3:16-17, Génesis 1:2, Gálatas 5:22-25, 1 Corintios 12:4-6, Efesios 4:4-6)
La Vida Después de la Muerte – Fuimos creados como seres eternos; la única pregunta es qué tipo de vida eterna tendremos. Creemos en la resurrección corporal tanto de los salvos como de los no salvos; que el cielo es un lugar real donde Jesús está preparando un hogar para que todos los creyentes tengan comunión eterna con Dios; y el infierno es también un lugar real donde todos los no salvos pasarán la eternidad separada de Dios como castigo por su pecado. (Apocalipsis 3:5; 13:8; 20:11-15; 20:15, 21:2-8, 27; Mateo 13:36-43, 25:31-46; Juan 3:36, 14:1-4; 1 Tesalonicenses
1:7-9; Hebreos 1:10-16)
Iglesia – Antes de la fundación del mundo, Dios predestinó un pueblo para ser redimido de su pecado y reconciliado con Él para Su gloria. Somos pueblo santo, un sacerdocio real, el mismo cuerpo de Cristo enviado para hacer discípulos. La iglesia es visible en las congregaciones locales que se reúnen semanalmente para adorar, alabar, proclamar la Palabra y participar de los sacramentos. Estas congregaciones están dirigidas por pastores, ancianos y diáconos, que capacita al pueblo de Dios para la obra del ministerio. Cuando Cristo regrese, la iglesia se reunirá con Él como Su novia, co-heredera que compartirá Su gloria eterna. (Efesios 1:4-6; 1 Pedro 2:9; 1 Corintios 12:12; Mateo 28:19-20; Efesios 4:11-13; Romanos 8:17; Revelaciones 19:6-8)
Creemos que esta Declaración de Fe es un resumen preciso de lo que las Escrituras enseñan. Por esto se le pide a todos los que quieran ser miembros de Crossroads que acepten la teología y la doctrina de esta Declaración de fe y que mantengan la unidad en nuestra iglesia con respecto a estas creencias.